Grandes ventanales con carpintería de aluminio y triple acristalamiento permiten disfrutar de la luminosidad y las vistas abiertas. Además de las viviendas, la promoción cuenta con plazas de parking y trasteros, proporcionando comodidad adicional a los residentes. La piscina comunitaria integrada en el conjunto residencial invita a disfrutar de momentos de descanso absoluto, ya sea tomando el sol o compartiendo experiencias únicas con familiares y amigos. Sant Pol de Mar es sinónimo de calidad de vida. Su casco antiguo conserva el encanto de un pueblo marinero con calles estrechas y casas blancas, mientras que sus playas de aguas cristalinas invitan a la desconexión y el disfrute. La oferta gastronómica es otro de sus grandes atractivos, con restaurantes reconocidos y una tradición culinaria que ha convertido a este rincón del Maresme en un referente para los amantes de la buena cocina. La conexión con Barcelona y otros puntos de la costa es inmejorable. La N-II y la C-32 permiten un acceso rápido en coche, mientras que la estación de tren facilita desplazamientos cómodos y eficientes. Madonna, diseño, frescura y vistas.